«Pido que se vacune a todo el mundo, por las buenas o por las malas, por lo civil o por lo militar», fue la petición expresada por el político ante los medios de comunicación.
Con fecha de 18 de noviembre de 2021, LIBERUM Asociación por los Derechos Humanos, ha presentado una denuncia contra el presidente regional de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, como presunto autor de un delito de odio tipificado y penado en el art. 510 del Código Penal, que lleva aparejada una pena de hasta 4 años de prisión.
Los hechos imputados al presidente de Cantabria fueron perpetrados el pasado 16 de noviembre de 2021 cuando en una rueda de prensa pública declaró:
«Pido que se vacune a todo el mundo, por las buenas o por las malas, por lo civil o por lo militar«.
De ser estimada la pretensión de LIBERUM, previo el pertinente escrito de acusación, la perpetración del crimen contra los Derechos Humanos podría dar lugar a que el presidente de la Comunidad Autónoma de Cantabria tenga que soportar la imposición de una pena de hasta 4 años de prisión.
Las consecuencias jurídicas de su declaración contra las personas que en el ejercicio de su derecho a la autonomía del paciente hayan decidido no someterse a la administración de las llamadas «vacunas» Covid, las cuales se hallan aún en fase experimental, podrían ser mayores según disponen los apartados 3 y 4 del citado artículo.
De hecho, el Tribunal sentenciador podría imponer al presidente cántabro la pena superior en grado de hasta 6 años de prisión por dos motivos: bien porque la perpetración del hecho punible se produjo ante diversos medios de comunicación, o bien porque el Tribunal sentenciador estime que los citados hechos, a la vista de sus circunstancias, resultaran idóneos para alterar la paz pública o crear un grave sentimiento de inseguridad o temor entre los integrantes del grupo de víctimas afectadas.
Ojalá que se haga justicia y todos los vacunazis al servicio de las Farmacéuticas pasen a disposición judicial, porque estas mal llamadas «vacunas», en realidad pinchazos génicos experimentales, está ya demostrado que ni son seguras, ni inmunizan, y nadie se responsabiliza de los efectos adversos y muertes que están causando.
Yo creía que eran unos putos comunistas… de hecho son unos putos comunistas, aquí los nazis no tienen nada que ver.
Pero es que además los nacionalsocialistas no obligaron a nadie a vacunarse, es más, los nacionalistas derogaron la obligatoriedad aprobada años antes:
Los NS relajaron los requisitos de vacunación obligatoria, vigentes en Alemania más de 50 años antes de su llegada al poder, optando por un enfoque voluntario.
Cuando Hitler llegó al poder, en 1933, el descontento con la vacunación obligatoria se había cumulado.
La vacunación forzosa, contra la voluntad de padres y niños, causó indignación durante la República de Weimar, especialmente por incidente de 1930 en el que más de 70 niños murieron por una vacuna contra la tuberculosos: el “desastre de Lübeck”.
En 1935, el ministro del interior de Hitler sentenciaba: “se sirve mejor al carácter popular de las leyes de salud -absolutamente deseable en el estado Nacionalsocialista-, si se evitan inquietudes innecesarias en su implementación en la población”.
En 1936, los almenes ya no tenían que demostrar que habían recibido una vacuna contra la viruela para asistir a la escuela secundaria, y en 1940 se hizo legalmente vinculante, continuando así incluso durante los gobiernos alemanes posteriores a la guerra. Hitler no obligaba a nadie a vacunarse ni pedía ningún pasaporte que justificase el haberse vacunado ni perseguía a los no vacunados.
Saludos.